Un informe de la consultora Epyca, difundido por Infobae, reveló que entre 6.000 y 12.000 millones de dólares en utilidades generadas por empresas multinacionales en Argentina permanecen retenidas en el país, a la espera de ser giradas a sus casas matrices. La magnitud de estos montos expone uno de los principales cuellos de botella de la economía argentina actual: las restricciones para el giro de divisas en un contexto de reservas limitadas y controles cambiarios estrictos.

Las principales afectadas por esta situación son empresas de sectores como alimentos, energía, telecomunicaciones, farmacéutica y automotriz.

El economista Martín Kalos, director de Epyca, explicó que esta acumulación no sólo responde al cepo cambiario, sino también a la incertidumbre sobre la política económica futura. “Las empresas tienen miedo de hacer el intento de girar utilidades y terminar con una pérdida por tipo de cambio o intervención estatal”, señaló.

El stock acumulado representa una presión latente sobre el mercado de cambios. Si bien estas utilidades no se contabilizan como deuda externa, su existencia condiciona decisiones de inversión futura. “Nadie va a reinvertir en un país donde no puede llevarse parte de sus ganancias”, advierte Kalos, quien además remarca que el fenómeno no es nuevo, pero que se ha intensificado en los últimos tres años.

Las principales afectadas por esta situación son empresas de sectores como alimentos, energía, telecomunicaciones, farmacéutica y automotriz, donde operan grandes compañías globales que, a pesar de generar utilidades contables, no logran repatriar beneficios. Esto impacta también en los balances globales de los grupos económicos, que deben registrar como activos ilíquidos montos que en otros países serían dividendos ya distribuidos.

El gobierno de Javier Milei, en su objetivo de desregular la economía, ha prometido avanzar hacia una mayor libertad cambiaria, pero el proceso será gradual debido al bajo nivel de reservas netas en el Banco Central. Las prioridades siguen puestas en estabilizar el tipo de cambio, controlar la inflación y reducir el déficit fiscal, lo cual retrasa la posibilidad de una liberalización total del mercado de divisas.

Los expertos coinciden en que, mientras no haya una señal clara de normalización, la acumulación de utilidades retenidas seguirá aumentando. Algunas empresas optaron por reinvertir localmente una parte de esos fondos como forma de cubrirse frente a la inflación y mantener operativas sus estructuras, pero la mayoría mantiene una postura de espera.

El stock de utilidades no giradas es una de las caras menos visibles del control de capitales, pero sus efectos son significativos para la inversión extranjera directa, la credibilidad macroeconómica y la inserción internacional de Argentina.

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