La serie “Menem”, que recorre la vida del expresidente Carlos Menem, se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural, generando debates y reflexiones sobre uno de los períodos más polémicos de la historia argentina reciente. En una entrevista con Infobae, el director Ariel Winograd compartió detalles del proceso creativo y la carga emocional que significó llevar adelante la producción.
“Fue uno de los desafíos más grandes de mi vida”, confesó Winograd, quien reconoció que la figura de Menem genera pasiones opuestas y que el abordaje narrativo debía ser equilibrado, sin caer en una caricatura ni en una reivindicación ciega. “El objetivo fue contar una historia humana, con luces y sombras, que permita a las nuevas generaciones entender el contexto en el que se tomaron decisiones que marcaron al país”, explicó.

El rodaje abarcó múltiples locaciones, desde La Rioja hasta Buenos Aires, e incluyó reconstrucciones detalladas de escenas icónicas del poder político de los años noventa. Winograd destacó el compromiso del elenco y la responsabilidad de representar personajes que aún están en la memoria activa de la sociedad argentina. “Hicimos un trabajo minucioso, desde la estética hasta el lenguaje, para capturar la época sin distorsionar la realidad”.
La serie se estrenó con gran repercusión, y no tardó en generar análisis políticos, sociales y hasta económicos. La representación de hechos como el atentado a la AMIA, la privatización de empresas del Estado y las políticas de convertibilidad reavivaron discusiones históricas. Según Winograd, esa fue precisamente la intención: abrir una conversación sobre el pasado reciente sin imponer un juicio definitivo.
Además, el director reflexionó sobre el rol del audiovisual como herramienta de interpretación histórica. “No hacemos un documental. Hacemos ficción basada en hechos reales. Pero eso no significa que no tengamos una responsabilidad ética con lo que mostramos”, dijo. Y agregó: “Menem fue un personaje cinematográfico por naturaleza: carismático, controversial, impredecible”.
Winograd también anticipó que el impacto de la serie podría extenderse a nuevos proyectos que exploren otras figuras políticas argentinas. “Hay muchas historias que merecen ser contadas desde una perspectiva artística y crítica a la vez”, concluyó.