Cargill, una de las principales empresas agroexportadoras del país, encabezó el ranking de ventas al exterior durante el primer semestre de 2025, según un informe revelado por Bichos de Campo. La firma se benefició de lleno con la promoción de rebaja de retenciones aplicada por el gobierno de Javier Milei en enero, una medida que estimuló la liquidación anticipada de exportaciones, especialmente por parte de grandes actores del complejo agroindustrial.
La resolución 15/2024 del Ministerio de Economía, firmada por Luis Caputo, estableció una reducción transitoria de derechos de exportación para productos agroindustriales entre el 2 y el 6% durante los primeros días de enero. La medida fue presentada como un incentivo a la generación rápida de divisas, en un contexto de reservas bajas y necesidad de estabilizar el frente cambiario. Cargill fue una de las compañías que reaccionó con mayor rapidez, registrando un récord de ventas y exportaciones durante ese período.
Según datos de CIARA-CEC (la cámara de la industria aceitera y exportadora), Cargill concentró el 13,3% del total de dólares liquidados en el primer semestre, seguida por COFCO, Bunge y ADM. El top ten de empresas exportadoras —todas multinacionales— explicó cerca del 90% de los ingresos de divisas por el complejo soja, cereales y subproductos. Entre todas, liquidaron más de 10.000 millones de dólares entre enero y junio.
La performance de Cargill no solo respondió a la coyuntura fiscal favorable, sino también a una estrategia comercial agresiva: la empresa compró gran parte de la cosecha 2023/24 de manera anticipada, se aseguró logística en puertos clave y aprovechó precios internacionales moderadamente altos en el primer trimestre del año. Con una estructura operativa consolidada, pudo responder más rápido que otras compañías a la ventana de oportunidad que ofreció la rebaja temporal de impuestos.
El caso reabre el debate sobre la efectividad y la equidad de las políticas de promoción de exportaciones. Mientras las grandes firmas internacionales pudieron aprovechar los beneficios impositivos, muchas cooperativas y pymes agroexportadoras no lograron liquidar en tiempo y forma por falta de stock, financiamiento o escala operativa. Para muchos actores del sector, la medida favoreció una concentración aún mayor del comercio exterior en pocas manos.
Además, la eliminación del dólar soja y del resto de los tipos de cambio diferenciales dejó al sector sin herramientas específicas de incentivo, más allá de las condiciones de mercado. En ese escenario, las empresas con mayor espalda financiera y capacidad de anticipación se consolidaron como ganadoras.
El gobierno, por su parte, considera que el ingreso de divisas durante el primer semestre fue exitoso y clave para contener la presión cambiaria. Sin embargo, aún no está claro si la estrategia de incentivos transitorios será replicada o si se avanzará hacia una reforma más integral del esquema tributario de exportaciones.
Cargill, mientras tanto, ratifica su posición como actor dominante del comercio agroindustrial argentino, en un año marcado por la desregulación, la volatilidad global y la necesidad urgente de dólares para sostener la estabilidad macroeconómica.