El mercado de la construcción en Argentina experimenta un cambio de paradigma impulsado por el crecimiento de los sistemas constructivos alternativos, que ofrecen soluciones más rápidas, eficientes y sostenibles frente a la obra húmeda tradicional. Según detalla Infobae, el aumento en los costos de materiales y mano de obra, sumado a las restricciones financieras, ha llevado a desarrolladores y particulares a explorar opciones como el steel framing, la construcción en seco y el uso de bloques intertrabados.

Estas modalidades permiten reducir tiempos de ejecución, generar menor desperdicio de materiales y optimizar recursos energéticos, lo que las convierte en una opción atractiva en un contexto de inflación elevada y menor acceso al crédito. Además, se adaptan a nuevas demandas del mercado, como la eficiencia energética, la flexibilidad de diseño y la posibilidad de ampliaciones modulares.

Empresas proveedoras del sector reportan un crecimiento sostenido en la demanda de estos sistemas, especialmente en obras pequeñas y medianas. En algunos casos, el ahorro en tiempo de obra puede llegar al 40%, mientras que los costos totales pueden reducirse hasta un 30%, dependiendo del tipo de construcción y del lugar geográfico.

El avance tecnológico también ha jugado un rol clave. La incorporación de herramientas digitales, como el modelado BIM (Building Information Modeling), permite planificar con mayor precisión cada etapa del proceso constructivo, reduciendo errores y optimizando la logística. Esto se traduce en mayor previsibilidad y menores sobrecostos.

En el sector público, algunas provincias y municipios comenzaron a aplicar estos métodos en la construcción de viviendas sociales, escuelas y centros de salud, lo que ha generado un cambio cultural en arquitectos, ingenieros y técnicos, históricamente formados en el modelo tradicional.

Sin embargo, la expansión de los sistemas alternativos también enfrenta desafíos. La falta de mano de obra capacitada, la necesidad de adaptar normativas técnicas y la resistencia cultural en ciertos sectores son barreras que aún deben superarse para consolidar el cambio. En ese sentido, los especialistas reclaman mayor apoyo institucional y regulatorio para fomentar la adopción de nuevas tecnologías constructivas.

Con el impulso de una demanda que busca eficiencia sin perder calidad, el auge de estos sistemas redefine la competitividad en la construcción argentina y promete seguir creciendo como una alternativa viable, moderna y sostenible para el desarrollo urbano y habitacional.

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