En un contexto económico caracterizado por la inflación persistente y las restricciones al crédito, los consumidores argentinos se enfrentan al dilema de cómo financiar sus compras de manera más conveniente. ¿Es mejor aprovechar una tasa subsidiada en cuotas o un descuento por pago al contado? Según analiza Infobae, la decisión depende de múltiples factores, desde la estabilidad del ingreso hasta las expectativas de inflación y la evolución de las tasas de interés.
Los programas de cuotas sin interés, como el “Cuota Simple”, siguen siendo una herramienta de estímulo al consumo en sectores clave como electrodomésticos, indumentaria y turismo. Estos planes permiten financiar en tres, seis o doce pagos, en muchos casos con tasas por debajo de la inflación esperada. Sin embargo, algunas empresas ya comenzaron a ofrecer mayores beneficios por pago en efectivo, como descuentos de hasta el 20% o la posibilidad de congelar precios ante futuras subas.
Los especialistas coinciden en que no existe una regla universal. Para quienes tienen capacidad de pago inmediato, el descuento puede representar un ahorro tangible y evitar comprometer ingresos futuros. En cambio, para quienes prefieren preservar liquidez o necesitan distribuir gastos en el tiempo, la cuota fija —especialmente si es sin interés real— puede ser más conveniente.
Otro factor a considerar es el costo financiero total (CFT), que incluye comisiones y cargos administrativos. A veces una promoción de “tasa cero” encierra costos ocultos que encarecen la operación. Por eso, los expertos recomiendan leer con atención los términos de cada opción y hacer simulaciones para comparar escenarios.
El comportamiento del dólar también influye en las decisiones de consumo. En momentos de tensión cambiaria, muchos consumidores eligen adelantar compras para protegerse de una eventual devaluación o ajuste de precios. Esto genera una demanda anticipada que beneficia a comercios, pero también puede acelerar el deterioro del poder adquisitivo si no se planifica correctamente.
Además, con el crecimiento del comercio electrónico, proliferan plataformas que ofrecen créditos al consumo con aprobación inmediata, pero con tasas que en algunos casos superan el 100% anual. La facilidad del acceso digital puede ser útil en emergencias, pero también es un riesgo si no se evalúa con criterio.
En definitiva, elegir entre tasa o descuento es una decisión que debe partir de la situación financiera personal, pero también de un análisis racional del contexto macroeconómico. En un país donde los precios cambian mes a mes, financiar bien una compra puede ser tan importante como el producto que se elige.