El presidente Javier Milei enfrenta crecientes dificultades para imponer su agenda legislativa en el Congreso Nacional, donde las alianzas que había construido al inicio de su gestión se encuentran ahora fragmentadas o debilitadas. Según Ámbito Financiero, el oficialismo no logró retener el control de los temas clave en el Parlamento, y varios proyectos impulsados por La Libertad Avanza (LLA) fueron frenados o modificados por sectores opositores, e incluso por bloques que se habían mostrado colaborativos durante los primeros meses del gobierno.
Uno de los principales problemas es la falta de una conducción clara en la Cámara de Diputados, donde LLA no tiene mayoría propia
La reciente sesión en la que el Senado aprobó la nueva fórmula de movilidad jubilatoria —con votos opositores y la participación determinante de la vicepresidenta Victoria Villarruel— marcó un punto de quiebre. Desde entonces, la Casa Rosada ha visto frustrados sus intentos por avanzar con reformas estructurales en áreas sensibles como la justicia, el trabajo, la educación y la estructura del Estado.

Uno de los principales problemas es la falta de una conducción clara en la Cámara de Diputados, donde LLA no tiene mayoría propia y depende de alianzas con bloques provinciales o con el PRO, que también atraviesa tensiones internas. A eso se suma el desgaste de los vínculos con algunos legisladores libertarios que cuestionan la estrategia centralista del Poder Ejecutivo y la falta de consulta en decisiones clave.
En este contexto, varios aliados circunstanciales del gobierno optaron por priorizar sus intereses territoriales o electorales, desmarcándose de iniciativas oficiales que generan alto costo político. En algunos casos, directamente votaron en contra o se ausentaron de sesiones decisivas, debilitando la capacidad del oficialismo para negociar con autoridad.
Desde el entorno presidencial reconocen que hay una crisis de conducción legislativa, pero adjudican las dificultades a “resistencia del statu quo” y a maniobras de sectores políticos que “no quieren perder privilegios”. Sin embargo, analistas políticos advierten que la falta de una coalición sólida y la escasa experiencia parlamentaria de LLA explican buena parte de los tropiezos del gobierno.
La situación también genera ruido entre los votantes libertarios, que comienzan a expresar frustración por la lentitud en la concreción de promesas de campaña. Mientras tanto, la oposición aprovecha el desconcierto para avanzar con proyectos alternativos y para posicionarse de cara al calendario electoral 2025.
A medida que se profundiza el aislamiento del Ejecutivo en el Congreso, el margen para aplicar reformas por decreto también se reduce, y la amenaza de judicialización se multiplica. En este escenario, Milei enfrenta un dilema político: persistir en la confrontación o reconfigurar su estrategia parlamentaria para recuperar capacidad de negociación.