La industria argentina atraviesa un nuevo capítulo de su crisis estructural: el costo de producción se incrementó un 25% en dólares en el último semestre, dificultando aún más la competitividad del sector frente a productos importados y a la exportación de bienes manufacturados. Según informó Ámbito Financiero, el aumento se explica principalmente por el impacto de la devaluación de diciembre, los ajustes tarifarios y el encarecimiento de insumos dolarizados.

El dato, que surge de un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), pone en evidencia el desfasaje entre los costos internos y la evolución de los ingresos en un contexto de recesión. Mientras la demanda interna se contrae y el crédito escasea, los costos en dólares escalan y reducen los márgenes de rentabilidad de la producción local.

Empresarios advierten que este escenario compromete la viabilidad de muchas PyMEs, especialmente en rubros como metalurgia, calzado, textil y alimentos elaborados. En algunos casos, el incremento de costos llevó a una paralización de líneas de producción o a la suspensión de personal. La caída en las ventas y la incertidumbre sobre los precios futuros agravan el problema.

Otro factor que impacta es el aumento en los costos energéticos. Con la eliminación de subsidios y el alza en las tarifas de gas y electricidad, muchas industrias medianas y grandes enfrentan boletas que duplican o triplican los valores del año pasado. Esto afecta especialmente a las actividades de mayor intensidad energética, como la siderurgia o el sector químico.

Desde el gobierno sostienen que el sinceramiento de precios relativos es un paso necesario para corregir distorsiones y generar condiciones macroeconómicas más estables. Sin embargo, la transición se vuelve difícil sin mecanismos de financiamiento o alivios fiscales que amortigüen el impacto sobre el aparato productivo.

El encarecimiento del costo industrial también tiene consecuencias en el plano externo. Argentina pierde competitividad en sus exportaciones de manufacturas, que ya vienen en retroceso frente al crecimiento de las ventas de productos primarios. El país enfrenta además competencia creciente de países como Brasil, México y naciones asiáticas, con menores costos laborales y mayor escala productiva.

El informe de la UIA reclama medidas urgentes para evitar un deterioro mayor. Entre ellas, la implementación de líneas de crédito subsidiado, la revisión de tarifas para el sector productivo y un esquema transitorio de incentivos fiscales. Sin políticas activas que acompañen el ajuste macroeconómico, advierten, muchas empresas podrían no resistir el segundo semestre.


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