La vicepresidenta Victoria Villarruel rompió el silencio luego de las críticas que le dirigió el presidente Javier Milei, tras la sesión en la que se aprobó la movilidad jubilatoria con votos opositores y sin el aval del oficialismo. En una declaración pública que marca un nuevo pico de tensión entre ambos, Villarruel defendió su accionar en el Senado y puso el foco en la situación social: “Un jubilado no puede esperar, y una discapacitada menos”.
Según publica Infobae, la vicepresidenta señaló que la situación fue “malinterpretada” por el Poder Ejecutivo y subrayó que su rol es garantizar el funcionamiento institucional del Senado, más allá de las diferencias internas. “Cumplí con mi deber. Había quórum, había dictámenes, y había senadores dispuestos a debatir un tema sensible”, expresó Villarruel, marcando una diferencia con la postura de la Casa Rosada, que consideró “ilegítima” la sesión.
El conflicto se originó luego de que el oficialismo no lograra frenar una sesión impulsada por la oposición para tratar una nueva fórmula de actualización jubilatoria. Desde el Ejecutivo acusan a Villarruel de haber facilitado el tratamiento del tema, en un momento en el que Milei busca mantener el ajuste fiscal como pilar de su programa económico. La votación final dejó al gobierno en minoría, con un costo político que no tardó en tener consecuencias.
Villarruel también criticó que se la señale como responsable de una supuesta “traición”. “Lo más fácil para mí hubiese sido cerrar las puertas del Senado, pero la gente no espera. La política tiene que estar a la altura de las circunstancias, no jugar a las internas”, remarcó. Sus declaraciones fueron interpretadas como un llamado a bajar el tono del enfrentamiento y reencauzar el diálogo dentro del oficialismo.
Este nuevo episodio agrava una tensión que ya venía escalando en las últimas semanas. La falta de coordinación entre el Ejecutivo y el Senado quedó en evidencia, y la figura de Villarruel emerge ahora como un actor con autonomía dentro del dispositivo libertario. La crisis no sólo debilita la estrategia legislativa del gobierno, sino que deja al descubierto una fractura política que podría impactar en el resto de la gestión.